Eres como un paraguas cuando llega la tormenta, o un brasero en un día de frío; eres ese suspiro en el oido que en un principio te da un escalofrío pero acaba excitándote, eres como una caricia en el lugar estratégico, en el momento preciso. Eres un beso de madrugada cuando todo parecía perdido, eres esa quimera de un cigarro y una cerveza dentro de un bar, eres esa película que has visto mil veces y te ha hecho llorar pero aún así no puedes dejar de verla. Eres una llamada interminable hablando de todo y nada, recortándo distancias, acercando personas. Eres, sin lugar a dudas, la sonrisa que sale de mi boca con cualquier genialidad estúpida. Eres un laberinto de olores que me atrapan en tu cama, eres ese mundo de yupi del que jamás quiero mudarme. Eres esa canción al oido que humedece mis ojos, eres un orgasmo inundando mis sentidos. Eres, en definitiva, todos esos pequeños detalles que me hacen inmensamente feliz.
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