miércoles, 30 de marzo de 2011

lunes, 28 de marzo de 2011

y hay un tequila por cada duda.

Siempre me perdieron los colores cambiantes del semáforo, y las abultadas avenidas llenas de coches. Las risas, las cervezas, la palabras bien dichas, las mentiras piadosas. Desde que tengo uso de razón me he perdido en las noches largas, en las lágrimas ajenas, en los cuentos, los disfraces. No puedo negarlo, me gustan los trenes, las estaciones de autobuses, la espera incierta, los libros e incluso el dolor. Siento demasiado pronto que las cenizas lo cubren todo de un monótono color gris, no puedo ver el palpitante cambio de los semáforos, absurda delicia que me es arrebatada. ¿Me es? ¿A qué ingenua mente pretendo engañar esta vez? Yo, yo misma me alejo de las risas, las mentiras piadosas, y las bonitas palabras. Navego ausente y solitaria por un mar desierto, ¿por qué? Porque lo merezco, al fin y al cabo, merezo esta situación ¿no? Te pierdo en cada palabra, en cada gesto, en cada pensamiento. Cada vez estás a más cervezas, risas, noches y palabras de mi. ¿Y que hago yo? Me siento a ver como te vas, porque lo merezco. Te observo como te subes a los trenes y cada vez las distancias se hacen más largas, ¿y qué hago yo? Suplico para mis adentros que no te vayas. Pero de nuevo, cada pensamiento, cada acción, cada palabra te suben en otro tren distinto, y otra vez me pierdo en noches en vela, en alcohol, en llantos silenciosos y vuelves. ¿Pero por cuánto tiempo? Porque cada día siento que no sé retenerte entre mis sábanas y te vas, y yo me quedo sentada viendo como te vas y de nuevo mi mente se rompe y grita silenciosamente, y yo de nuevo, no hago nada.

lunes, 21 de marzo de 2011

el tiránico imperio del absurdo.

¿Te acuerdas? Yo era aquella chica con una sonrisa pintada en la cara, la que huía de su vida, a la que le agobiaban los besos no dados que quemaban en la boca. ¿Recuerdas? Tú eras aquel chico que fumaba sin parar,el que se agobiaba de la rutina, aquel que esperaba sin saberlo una señal.
¿Te acuerdas? Te vi. Me salvaste.

domingo, 20 de marzo de 2011

hoy te copio.

Tras el rocanroll de los idiotas y contar que nos dieron las diez diciéndole peor para el sol... primero fue el ruido, después ya no nos queda más que hacer un inventario.

martes, 15 de marzo de 2011

luego, de vuelta a casa, enciendo un cigarrillo... y me abrazo a la ausencia que dejas en mi cama.

Boli y papel. De vuelta a los comienzos. Un par de caladas. Humo blanco saliendo de mi boca. Vista atrás. Me gusta el color fucsia de las flores. Otra calada. Harry, maldita empatía. Un par de lágrimas y me lames, ¿qué quieres decir? Me reconfortas, siempre has sabido venir en el momento preciso. Te adoro. Demasiados pensamientos, ninguno claro. Todo sería tan diferente si... Aves de paso. Deja de llover. Sale el sol. Irónico, ¿no crees? Los rayos de sol se proyectan sobre el papel. Delicioso. Miro al cielo. Aun quedas nubes. El invierno que se fue antes de llegar vuelve y tengo frío. Estoy mojada, calada hasta los huesos. Miedo.

lunes, 14 de marzo de 2011

y en la estacion de las dudas muere un tren de cercanías.

Hoy tras mucho tiempo rondando mi mente, tras colocar en mi cara sonrisas estipuladas y predeterminadas salió de mi boca, se deslizó por mis mejillas.

miércoles, 9 de marzo de 2011

parecía como si me quisiera gastar el destino una broma macabra

Hoy paseaba por Murcia. Sus luces, sus calles estrechas, las boutiques, sus inmensas avenidas, los parques, los niños jugando en las majestuosas plazas, el sin fin de autobuses y taxis recorriendo cada una de sus arterias. Hacía tiempo, mucho tiempo que no disfrutaba tanto de mi ciudad. Es preciosa, lleva de vida, diversa, alegra, rápida, tranquila... 
Recordaba mientras caminaba por sus calles las historias que me susurraban. Volví a pasar por aquella calle solitaria donde robé los primeros besos a las turbulentas aguas del amor. Encontré aquellos bares concurridos dónde jugaba a ser mayor con un par de tacones y un poco de rimel precipitadamente puesto. También me paré frente a esas acogedoras cafeterías dónde pasaba las tardes recortándole horas al deseo y enamorándome en cada caricia tímida y furtiva. Recordé las miles de anécdotas que mi ciudad me ha regalado, las innumerables risas en sus escondidos parques al calor de la marihuana, el tabaco y la cerveza, las prisas corriendo calle arriba o calle abajo donde cada reloj que salía a mi paso parecía insultarme con la mirada, las nuevas experiencias vividas y por vivir que me ofrece, porque no es una ciudad dormida, aquí nunca nada es igual...
Recuerdo ahora la primera vez que viniste a Murcia e intenté enseñarte mi maravillosa ciudad y todo quedó sepultado bajo las sábanas del deseo.Magnífica ciudad, me hubiera gustado mostrarte. A la vez histórica, a la vez cosmopolita, capaz de ofrecer la tiendecita más pequeña y antigua que puedas imaginar y ofrecer también largos monstruosos centros comerciales o tiendas de chinos que a veces nos salvan la vida.
Pero hoy, hoy Sabina, al pasear por mi ciudad me acordé de ti. Cuál fue mi sorpresa, frustración y rabia al encontrar que uno de mis cafés favoritos en el que había amado y sufrido, reído y llorado, bailado, follado y ganado cervezas a cambio de miradas había desaparecido. Y en lugar de mi bar había una sucursal, esta vez no era del Hispanoamericano, peor una sucursal de un tal Deutsche Bank imposible de pronunciar. Ganas me dieron de vengar su memoria a pedradas contra los cristales, pero en lugar de eso decidí escribir, recordar las cosas que tanto me gustan y rezarle a cualquier Dios para que no se esfumen tal que el humo de un cigarro, como este emblemático sitio para mi.

martes, 8 de marzo de 2011

¿y si te quitas el jersey y nos sacamos otra ley del sombrero?

Te conozco.
¿Perdona?
Que te conozco.

Mi cabeza pensó quien será este maldito loco, ¿a qué viene? Estoy demasiado cansada para poner sonrisas falsas en mi cara. Sarcástica mueca en mi cara y se aleja. ¡Qué alivio! ¿O quizá no? Sí, sí, mejor que se vaya.

Hola, ¿quieres saber algo?
¿Qué?- con mirada de suficiencia incluída.
Te conozco.
Ya, pues felicidades.

Me sonríe y se va. Deja tras de sí un olor hipnótico, sensual... Me quedo largo rato mirándolo, deseando que gire la cabeza. No ocurre. Pero su olor, su maldito olor me seduce. Cerveza, por favor.

Te diré una cosa- de repente su voz demasiado cerca de mi piel.
No creo que pueda interesarme.
Pues entonces me gustaría saber porque llevas toda la noche pensando en mi.
Emm...mmm...eso no es cierto, yo...eehh...-mi cara comenzó a tomar ese color rojizo que tanto odio.
Tranquila, tranquila sé que es inevitable.-una estúpida sonrisa se instaló en mi cara. 

Se fue. De fondo escuché como decía, espero que te siente bien y cuando iba a preguntar qué el camarero me puso una cerveza. Bebí esa cerveza despacio, saboreando hasta el último grano de malta y no dejaba de pensar en él. ¿Quién será? ¿Qué querrá? Está loco, fue mi conclusión. Espero no volver a cruzármelo pensé. No sería así

Te diré una cosa.
¿Otra vez tú?
De nada.
Ah sí, gracias. Pero vamos no me sorprende nada que me invites a una cerveza, no eres el primero.
Pero quizá sí sea el primero en otra cosa, ¿sabes? 
Sorpréndeme.
Te conozco.
¿Porqué?
Porque yo ya te quería desde antes de conocerte y también sé que te enamorarás de mi.
Estas loco.
Claro, tú también. Por eso esta noche ambos arderemos en el infierno.

Me levanté sudando. Sonreí. Miré a mi alrededor. El infierno era un paraíso. No me iré.

jueves, 3 de marzo de 2011

derecho

De nuevo aquí, me siento ante las líneas de este blog con este insólito bolígrafo que parece burlarse de mi. Tengo miedo no obstante de mi propia consciencia, que me abrasa con sus pensamientos. Maldito dilema del bien y el mal. Hoy me has llamado cuando todo parecía en calma y mi mundo de nuevo volvió a hundirse dentro de océanos turbulentos, de dudas y remordimientos. No puedes negarlo me dices. Quizá sea cierto, pero de momento prefiero vivir a tres o cuatro tequilas de ti, porque me quema tu fuego y desgraciadamente tú lo sabes demasiado bien.
Estúpido nombre de esta actualización, "derecho", derecho a sentirse bien, derecho a ser feliz, a no recordarte en cada esquina, en cada copa, en cada caricia robada y malintencionda, derecho a olvidarte, a olvidarme de tu aroma, de tus manos, de tu cama, de ese placer oculto que solo tú sabes y me lleva a la locura, derecho a rehacer, a no tener miedo, a sentirme viva, derecho....