miércoles, 28 de septiembre de 2011

completamente desacertado

Llevo ya muchos días sentandome a escribir y todo lo que obtengo es nada, hojas en blanco ensuciadas por pintadas del boli que no quiere escribir ni una maldita línea acertada. Todo lo que sale es esto, una basura dialéctica, excusada e injustificada de mi incapacidad.
Días que pasan y que no pasan, amargos como versos sabineros, pero con un deje de dulzura para aquellos que sepan apreciarla que no pasa en vano. Es ese sabor de dolor lo que en el fondo nos gusta, ese escozor de las uñas al arañar la piel impregnado en sudor, que no gusta, pero gusta. Resígante, ¿no es cierto? A esa estancia mediocre de tu vida, me dan pena las parejas, aquellas que se quieren, que se creen en el centro del universo, esas que creen que su vida es diferente a la de los demás, esas que creen que son especiales por estar enamoradas. ¿Especiales? Me rio, me rio mil veces de esas parejas estúpidas, autómatas, es patético verlas pasear de la mano y decirse cosas al oido, patético. A veces me paro a observarlas, me deleito en su danzar absurdo y preocupado, a veces enciendo un cigarro y las sigo con la mirada hasta que se esconden tras alguna esquina o recodo del camino. Otras veces, me sorprendo a mi misma ideando malvados planes, siguiendo a las parejas y susurrándoles al oido: ES TODO MENTIRA.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Fiestas II

Resulta inquieto contemplar las sombras que proyecta tu calma, cuando solo queda una tenúe luz amarilla de madrugada, como de despedida. Así tengo una excusa. Entre el tumulto de gente y una música estridente de fondo nos reimos a carcajadas y la gente se pregunta. Pero no existen preguntas, ni respuestas, solo tabaco y madrugadas inciertas.
De nuevo, demasiado. Demasiado dramatismo que surca las palabras que escucho, que no me gustan pero escucho. Demasiado debate que me hace hablar horas sobre futuros lejanos, sobre planes pendientes. Sin embargo, como siempre sigo en la lucha y la gente sonríe y yo les devuelvo la sonrisa con una mirada austera sin un ápice de gloria.
Me pregunto, a veces, por qué la gente habla tanto. Como si siempre tuvieran algo que decir, o como si siempre hubiera que decir algo. No me gusta la la forma de gesticular de las personas, ni las conversaciones vacías. Es difícil encontrar a alguien que realmente merezca una conversación de mas de un minuto o de más de una sonrisa complicada.
Me digo a mi misma que me estoy volviendo demasiado exquisita. Al fin y al cabo esta es mi vida, siempre demasiado.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Fiestas I

Otro día más, resaca y muy poco que contar. Sí, quizá un deje de resignación. Todo es igual cada una de las mañanas que me levanto, el mismo ritual histriónico, desesperante. ¿Qué puedo decirte? Si en el fondo nada ha pasado, nada ha cambiado. Aparentemente seguimos en la lucha, en la lucha de qué, me pregunto constantemente. 
No fue una mala noche, vino, tabaco y demasiadas palabras. Me gustan las asambleas improvisadas debatiendo de todo, cambiando el mundo, o refugiándonos en el otro. Es reconfortante tu mano en el hombro para controlar mis impulsos. Me gusta hablar de política al calor de la noche y los grados etílicos en mi cuerpo. "¿Diseñar una nueva Carta de Derechos Humanos? Eso está hecho". Todo es posible cuando nada pasa, todo pasa cuando se difuminan los imposibles.

martes, 13 de septiembre de 2011

canciones desesperadas de madrugada incierta

¿Dónde nos escondemos? ¿Dónde?
Si es en cada momento que nos perdemos. No quedan días a los que aferrarse, ni tabaco que nos despierte de madrugada.. Sin un bis descafeinado, sin un te quiero de contrabando.

¿Dónde van aquellas palabras que me regalabas para dormir? ¿Dónde?
Si un suspiro es casi nada, si en mi habitación ya no sobra sitio para los dos. Sin sexo y rock 'n roll solo quedan drogas, sin auxilio muere en su isla Robinson.