martes, 24 de mayo de 2011

porque los imposibles dejaron paso a los sueños

Puntos, puntos, puntos. ¿Te acuerdas de mi? Ahora que me escuchas, quería decirte que nunca me fui. ¿Creías que me silenciarías? Tan ingenua como siempre. Me conoces, siempre estuve ahí, callada por las mentiras, por la manipulación, por el maquillaje que usabas, por las opacas gafas que te ponías. Me haces reir. ¿Sonríes? Creo que soy yo la que me rio, vuelvo a ser feliz, a salir de la caverna, a mirar al sol de frente y a cegarme con su luz clarificadora. Podrías quemarte. ¿Quemarme? Quiero arder, vivir, caer y levamtarme. Ten cuidado, intento protegerte. ¿Tú? Tú no intentas protegerte más que a ti misma, a tu imagen, a tu ego, a tu necesidad de agradar, de gustar, de ser políticamente correcta, socialmente aceptada. ¿Y qué sugieres? Lo tengo claro, hagamos una REVOLUCIÓN, sigamos haciendo HISTORIA!


               

sábado, 21 de mayo de 2011

02.45

Parecía tan raro, todo mi mundo parecía dar vueltas. El orden había desaparecido y en su lugar solo había caos. Demasiadas dudas, demasiadas preguntas y un vacío ilógico. ¿Qué hacía ahí? ¿Qué o quién era ese vacío? Sentí frío, un frío profundo, paralizante. Sentí miedo. A estas horas de la noche a quien pretendía engañar.
¿Qué estaba haciendo? Esa pregunta rondaba mi cabeza. Un mundo nuevo se abría ante mi y mis sentidos ávidos de empaparse de cualquier nueva experiencia iban y venían sin control, apoderándose de mi mente, de mi raciocinio. Indefensa y asustada pero alerta y preparada como un cachorro felino arrancado de los brazos de la madre. Te grito pero pareces no escucharme. Ahora es el momento me repito cada segundo de este nuevo camino. Pero el miedo, el maldito miedo me paraliza. De cero a cien en segundos. ¿Qué apostamoa a que puedo librar una revolución pero ser incapaz de enfrentarme a ti?
Escúchame, compréndeme y grítame. Quizá un día yo también me comprenda.

No lo olvides, a pesar de todo te quiero, pero hilos de seda no mantienen puentes.

miércoles, 11 de mayo de 2011

de nuevo, angustia.

Que de nuevo me gustaría huir, ¿dónde? Cualquier sitio que no exista en un mapa. Sentarme y leer, y escribir, y soñar, y reirme de mi, y conocer gente nueva, que no me conozca, que no sepa absolutamente nada de mi vida. Y quiero tumbarme en ese lugar y pintarme las uñas de primavera y de verano. Quiero volver la vista atrás y que no exista el problema que me angustia, solo quiero que desaparezca, ni siquiera me apetece enfrentarlo, o cambiarlo, no quiero nada, solo que desaparezca y que deje de colarse en mis noches. Intento imaginarme mi vida si las cosas cambiaran, como inminentemente creo que va a suceder y, de nuevo, no la quiero. Me viene a la mente una pequeña conversación, -¿porqué nunca dejas de mentir, a ti o a los demas? -Mentir es lo más interesante que una mujer puede hacer con ropa.
Lo sé, es estúpido, pero a veces solo queda mentir...a mi sobretodo.

lunes, 9 de mayo de 2011

quizá el primero de muchos

Cogo papel y boli. Me inclino decidida a rellenar frases, hojas, libros...pero ni una estúpida palabra quiere salir de mi mente. Debería poder hacerlo, este sentimiento es tan grande, tan profundo, tan inquietante, tan doloroso, tan tétrico, tan paralizante y un gran y largo etcétera, que no entiendo el porque de esta incapacidad prematura para escribir. Yo que siempre me he creido tan dotada para este fin, para expresar en papel lo que con palabras jamás sería capaz. Quizá siempre he podido hacerlo porque se trataban de historias inventadas, de personajes ficticeos, de un yo tan maquillado que nada me impedía mostrarlo al mundo. Pero aquí estoy hoy, sola frente a este papel que se va llenando de palabras vacías por mi absoluta incapacidad de enfrentarme al problema, ese problema que me quita hasta los sueños más deliciosos de mis noches. Es algo normal, al fin y al cabo, es algo comprendido por la sociedad, aceptado por la humanidad casi en su totalidad, en cambio no lo quiero para mi. No lo quiero, no lo quiero y punto. No lo quiero con los motivos de una niña de 5 años que no quiere quitarse un vestido de princesa. No, no tengo motivos, ni razones, ni un buen argumento para oponerme pero no lo quiero, no lo quiero y punto. Lo repito, lo repito mil veces en mi cabeza, no, no, no, no, no, no, no, no, no. ¿A qué tengo realmente miedo? No se lo merece, nadie se lo merece, pero mucho menos él. No es justo, quizá no sea justo para nadie esta situación, pero no la quiero para él. Las lágrimas empiezan a brotar sin control, sensación que odio, por otro lado. Odio el descontrol sobre mis sentimientos, el no poder permanecer impasible, pero es él. No quiero permitirlo, no es justo. Nadie es perfecto, pero no es justo. ¿Dónde está ese amor que cruzaba océanos? ¿Dónde está ese amor inmutable en el tiempo? Mi lenguaje cada vez más infantil, sin sentido y totalmente descontrolado refleja mi estado. Quiero aferrarme a lo que tengo de la forma más primitiva que existe, la de quiero algo y debo de tenerlo por derecho, porque magicamente me debe pertenecer. Me siento sucia, de una forma estúpida, como si este sentimiento ensuciara mi persona, o quizá sea por no tener valor de gritarle a la cara todo esto a la persona adecuada. La que desde hace unas semanas roba mis noches, ensombrece días, turba momentos. ¡Fíjate! me digo a mi mismas, no era capaz de comenzar y llevo un monólogo interesantemente patético, como mi estado de animo, como estos últimos días. Confianza, de repente viene a mi mente. ¿Porqué? No lo sé, vino a mi al pensar en los horribles días pasados con fiebre. ¿Confianza? Sí, yo la deposité en ti, tú no me fallaste. ¿No es eso también importante? ¿No cuentan también esos actos? ¿Solo importa aquí el tú y el yo? ¿Qué hay de lo demás? Ahora que vuelvo a ser dueña de mis emociones y las tengo otra vez cogidas por las riendas puedo volver a escribir con paciencia, pensando cada palabra, pero ahora imprevisiblemente...ya no tengo más que decir.

miércoles, 4 de mayo de 2011

ni hoy ni ayer ni mañana

Es insana esta forma de esperarte y esperarte. Es una locura esta idea de pensarte y herirme sin más. Es absurda mi manía de mirarte en mi lista de contactos y esperar una señal de ti, que no llega, que nunca llega. Es decisivo este sin ti, este ahora. Es abrasador este recuerdo, cubierto de caricias, de besos y de tabaco. Es paralizante este miedo al dolor, a la incierta soledad, a las camás más vacías que de costumbre. Es innecesario tu olor impregnándolo todo.
Son tantos los adejetivos posibles para describir este hoy, manchado de sol y rabia a partes iguales. Una vez me encuentro ante el incierto balcón de la desesperación. Esta vez estoy más que preparada.

lunes, 2 de mayo de 2011

y coleccionaba direcciones de calles que no existen

Viajamos toda la noche, sin detenernos apenas. El cuenta kilómetros del coche parecía volverse loco, metros, horas, tabaco. La velocidad subía según nos adentrabamos más en la oscuridad de la noche. Llegamos, fue un viaje intenso. Sexo, palabras, whisky, tabaco, gemidos, susurros. Diferentes maneras de vivir una historia, todas igual de intensas. Es el mejor viaje de mi vida. Poco después ya no era tan solo mi viaje.