viernes, 28 de diciembre de 2012

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La primera vez que escuché esta canción pensé en ti, Conductor Suicida. Te veía tan fuerte, tan seguro, tan decidido. Habías conseguido algo que yo siempre he soñado, conseguir cerrar con el pasado, pegar un portazo y no volver más. Mirar hacia otro lado y no gastar innumerables horas y minutos, cigarros y humo blanco pensando en el pasado, pensado en si no será mejor cualquier otra vida anterior. Y es esto que yo te envidiaba.

Yo que he gastado noches, mentiras, suspiros, tabaco, alcohol y tiempo, demasiado tiempo en esas historias perdidas, supuestamente olvidadas pero que vuelven, que siempre vuelven.

Pero ayer, en vísperas de mi 21 cumpleaños escuché de una forma distinta la frase "y desde que te has ido la bailo igual contigo que sin ti", quizá no pueda ahora explicar el sentido completo de lo que sentí en ese momento, en el que, por otro lado, volaba con el humo blanco y la velovidad del coche en mi piel. Pero lo hice, me di cuenta de que esta frase cobra todo el sentido en mi vida y que no debo sentirme culpable por volver al pasado, por recordar al hombre del traje gris, pero debo seguir en el presente, en este presente que es todo tuyo Conductor suicida.