La historia de mi vida que se repite una y otra vez.
Pero creo que por fin comprendí el maldito fallo. Simple, absurdo, demasiado lógico.
Pero creo que por fin comprendí el maldito fallo. Simple, absurdo, demasiado lógico.
¿Cómo pude no darme cuenta? El único fallo era yo. Mi actitud, mi experiencia, el simple aire que salía de mi boca ya era un terrible fallo. Ni que decir lo terriblemente equivocado de mis pensamientos, de mis palabras, incluso de esos sentimientos más o menos reales que se proyectan en mi mente.
Quizá deba de cambiar de vida, quizá sean mis hábitos, quizá esta forma de ver el mundo, quizá la equivocada visión que tengo de lo que los demás perciben de mi.
Es igual, sea como fuere, el problema sigo siendo yo. Yo como esencia, como principio y fin de toda relación conmigo o con los demás.
Ruptura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario