viernes, 11 de enero de 2019

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Es curioso como pueden echarse de menos cosas que nunca fueron tuyas. Quizá sea la imagen que en nuestra mente formamos de lo que podría haber sido nuestro. 
Hay días en los que siento que echo de menos una vida que nunca viví pero que quizá podría haber vivido. Como tantas, supongo. 
¿Te imaginas poder ver tus vidas, las que decidiste no vivir, las que no pudiste vivir, las que fueron vividas de forma distinta al ideal formado en tu cabeza, verlas desde una ventana cual voyeur?
Entrar unos minutos tan solo para descubrir si eres feliz en esta vida o quizá lo serías en otra. Ojalá pudiéramos vivir todas nuestras vidas aunque solo fuera un día. Sería fácil entonces decidir, no crees?
Creo que necesito buscar para ser feliz, no importa qué, necesito la búsqueda permanente, la posibilidad ante mis ojos, la que sea. 
Vienes a mi mente en forma de palabras, de ideas que no se cumplen, de desilusiones, de oportunidades perdidas, de fuego convertido en ceniza. Pero vienes, maldito bendito, vuelves una y otra vez. 

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