miércoles, 11 de octubre de 2017

030

¿Cuánto tiempo hacía? ¿Cuánto desde la última necesidad irrefrenable de dejarlo todo para escribir? ¿Conoces esa sensación? Yo la conozco demasiado bien.
Esa necesidad apremiante de parar el mundo, de escapar unas horas para vaciar mi mente. Es realmente acogedora esta sensación.
Me doy cuenta de que las cuatro o cinco o veinte líneas escritas aquí y allá durante este tiempo no son nada como esta sensación de parar y escribir ahora.

Te pienso, personaje sin nombre, y tus preguntas vienen a revolver mi mente.
Viajo deprisa ahora por calles nuevas, corro, a veces, para que el desasosiego no me encuentre. Me escondo en pequeñas callejuelas grises, blancas, azules... me escondo por si decides venir a encontrarme. No lo espero.

Te pienso, Conductor Suicida, y a veces creo volver a verte en el asiento trasero del coche diciéndome que sí, que te sentarías conmigo a ver arder el infierno. Pero ahora, tanto tiempo después, la madrugada te parece fría y las ojeras de gata sentada en el tejado azul se vuelven un problema.

Tú, Hombre del traje Gris, vienes y me recuerdas que es difícil competir con "mi Annie Hall, mi Gioconda, mi Wendy, las damas primero..." Tú no puedes perder.

Apenas silencio en habitaciones desiertas.
¿Quién eres? Me preguntas. Quién quiero ser, te respondo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario