lunes, 12 de diciembre de 2011

Heterogéneo

Inspiro. El frío me congela las manos pero me gusta.
¿Qué pasa? ¿Qué hay de ese vacío que oprime el pecho? No queda fachada, no en la soledad de mi terraza.
Hablemos pues de las circunstancias. Debería, supongo, estar feliz, nada sucede para que ocurra lo contrario. Pero es ese vacío que siento a veces el que me paraliza, me asusta, me despierta de madrugada. Maldito duende, insomnio que se cuela por las noches.


Hoy ha sido un buen día, ¡qué digo! un fantástico día. ¡Soy oficialmente delegada! Estupenda exposición y  gran noticia del/los maestro(s). Sin embargo buen sabor a medias, he tenido que reprimir demasiadas veces el deseo de llamarte. ¿Por qué? Porque es algo que sin quererlo me une a ti, de una forma profunda y demoledora.
"La orquesta del Titanic" porque sigue tocando a pesar de que todo se hunde. Quizá sea eso lo que me mantiene a flote a lo largo del tiempo. Es esa capacidad de seguir luchando aunque me penetre el vacío. O quizá la búsqueda de calor en el hiriente frío. Frío como en este preciso instante en el que mis manos y mi cara empiezan a perder la sensibilidad, este frío buscado que de un modo u otro me hacen sentir viva. 


Viene a mi mente otro motivo que provoca una sensación de calor repentina: MADRID. Este viaje hace que la ilusión permanezca anclada en mi mente. Me dais, y nunca os lo he puesto por escrito, esa sonrisa en los momentos más difíciles. Gracias Sergio, Jose Juan y Fernando, hacéis, cada uno a vuestra manera que los días grises se coloreen.
Ya sea viajando en coches exclusivos a EE.UU, donde me das Sergio, ese calor que penetra en mi mente. O con extraordinarios viajes improvisados al calor de la cerveza donde tú, Jose Juan, iluminas con ese color rojo radiante mis momentos más sombríos. Y desde luego a ti, Finlandia, donde sé que siempre puedo exiliarme porque tu estabilidad y apoyo incondicional nunca va a faltarme aunque todo se hunda. Tú, Fernando, que eres río, montaña y estrella.


Gracias, de verdad, a los tres que habéis penetrado en el coto privado de mi vida.


P.d.: ya os compraré una botella de tequila para brindar en Nochevieja, en ¡Madrid!, porque sin vosotros esto no sería posible.


Termino y sonrío. ¿Hace más calor o ese vacío se llena de risas y whisky? 

3 comentarios:

  1. He de decir que si un oportuno dolor de muelas que me ha incapacitado toda la tarde no hubiera llegado, el que hubiera sucumbido al teléfono hubiera sido yo. Sobre todo después de que la cancióm más hermosa del mundo saltara a traición en el reproductor de mi coche. Me alegro de tu nochevieja en Madrid, espero que al menos, me dediques una uva.

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  2. Joder, como me ha gustado. No sé cómo lo consigo pero al final siempre me terminan llamando rojo, de una forma o de otra, pero me gusta, me encanta.

    Los vacíos están para eso, para llenarlos, pero eres tú y sólo tú quien decide cómo, y hacerlo con risas y whisky no parece mala idea, no?

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  3. desde la sobriedad y frialdad que me son propios, como buen territorio nórdico, debo decir que me alegra profundamente provocar bienestar, calor y color a lo largo y ancho de ese apasionante coto privado.
    sabes que siempre vas a encontrar calor cuando lo necesites, y ese exilio voluntario será acogido por Finlandia con los brazos abiertos; eso sí, esperemos no necesitar que nada se hunda, mejor que todo vaya bien...
    ya hablaremos de a qué nos invitas en Madrid, primero hay que asegurarse de que la logística no nos va a fallar y que tendremos un medio de transporte adecuado para poder estar allí :)

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