Me levanté con prisas esa mañana, parecía como si el día fuera a acabarse si no hacía todo a una velocidad espasmótica. Miré el nuevo reloj que tenía en la mesita de noche...las nueve, buena hora para comenzar, pensé. Me fui hasta el espejo y me puse mi mejor sonrisa, ya tendría tiempo de perderla a lo largo de la jornada. Me vi de repente reflejada en el espejo y mi menté voló muy lejos de allí...frío. Recordaba aquel invierno frío de hacía tan solo un año, como cambian las cosas pensé. Pero al menos entonces tenía quien me abrazara me dije, mi sonrisa parecía temblar delante del espejo. Comencé a vestirme, muy lentamente, el frío se había instalado dentro de mi piel y los recuerdos sobrevolaban mi mente. Fue un invierno muy bueno, pensaba, muy diferente también. Universidad, de repente llegó esa imagen a mi cabeza y esa sonrisa volvió a instalarse en mi cara, nueva gente, nuevas experiencias, demasiadas fiestas, innumerables agobios, dias, tardes, noches perdidos en tu cama...de nuevo esa extraña sensación se apoderaba de mi. ¿Porqué hacia esto? Cada vez que miraba atrás y le veia una punzada de algo muy extraño inundaba mi mente... Seguí adelante, era necesario.
El día pasaba rápido, ya eran las once según mi precioso reloj. Me permití un cigarro, necesitaba pensar, poner mis ideas en orden, el día iba a ser intenso. En el preciso instante en el que el fuego tocó el cigarro mi mente voló muy lejos, parecía que se perdía como el humo que salia de mi boca. Primavera, entonces si que una enorme y sincera sonrisa se dibujó en mi cara, no pude evitar soltar una carcajada. Fue en ese precioso mes de mayo, jamás había sido tan feliz, seguramente nunca lo sería. Pensé de repente, que jamás habia escrito sobre eso y me prometí hacerlo. Llegó y cambió por completo mi vida. Te esperaba, te esperaba y deseaba con toda la fuerza de mi ser que vinieras, yo ya te quería incluso desde antes de conocerte y cuando te conocí pensé que no podías ser una personita más perfecta. Nervios, incertidumbre, demasiadas dudas pasaban por mi mente...yo ya estaba enamorada de ti, pero ¿yo te gustaría? Ese pensamiento inundaba mis días y sobretodo mis noches. Te conocí, tú quizá no lo recuerdes...pero yo llevaba mis vaqueros favoritos y esa camiseta rosa que tanto me gusta. Tú ibas con un vestido azul cielo, una camiseta blanca y unos zapatos beige, de ti salía una luz incomprensible. Compré para ti un cargamento de piruletas y cuando te vi...un solo pensamiento vino a mi cabeza, es una princesa. La primera vez que te cogí pensé que no podría soltarte y cuando me sonreiste sabía que podría cruzar mil desiertos porque esa sonrisa jamás se borrara de tu cara. Celia, la que vino del cielo, tuve el honor de ponerte nombre. Gracias por aguantar.
Primavera, qué decir me regalaste un sueño y todavia vivo en él.
Había perdido demasiado tiempo, con aquel cigarro que me había sentado tan bien, ese cosquilleo de placer todavía recorría mi cuerpo, pero debía ponerme en marchar, el tiempo (como hacía ya algunos meses) siempre corría en mi contra.
Tenía que vestirme, peinarme, maquillarme...y mi reloj se aproximaba a la una. Bajé corriendo los escalones de casa y en el cuarto de baño, otra vez frente al espejo me dio por pensar. Verano, caluroso y decepcionante verano. Te ví, otra vez delante de mi, con una mueca incomprensible. Intantabas leer mi mente y yo hacía hasta lo imposible por evitarlo, si hubieras podido hacerlo... Tras ese subidón de felicidad con la primavera el verano trajo mi primera desilusión, fracaso en la carrera...maldita economía. No obstante, la playa, los viajes y esas ocasionales veces en las que me dejaba llevar y no pensaba hicieron de este un buen verano. Fui feliz, mi balance es más positivo que negativo, tan solo me arrepiento de algo...mi carencia de valor. Debí hacerlo mucho antes, pero tenía miedo, un miedo irracional que tú tapabas con palabras bonitas y mentiras disfrazadas de ilusión. Te quise, demasiado.
Septiembre, maldito seas spetiembre. Pasó algo imperdonable, te perdoné, no debí hacerlo. Volvimos a las clases, en cierto modo tenía su morbo vernos a escondidas, quedar en lugares secretos...lo recuerdo y una tímida sonrisa aparece en mi cara.
Debo darme prisa, me digo a mi misma y debo dejar de recordar.
Otoño, llegó de una forma atropellada, demasiado rápido e instaló en mi un invierno muy frío prematuramente. No lo merecía, ¿sabes? quizá nunca te lo dije pero me destrozaste, esa sonrisa que gastaba en clase tan solo era una estúpida fachada. Octubre fue para mi un mes vacío, me sentia demasiado vacía demasiado hundida... ¿Viajar? cuando me planteaste esa extraña pregunta una ilusión apareció en mi mente. ¿viajar? me repetí durante un par de dias, podría ser una alternativa, ¿que puedo perder? pensé. Pero Octubre...fuiste soprendente. ¿es posible que un mes tenga la capacidad de encontrarse en los dos polos más opuestos que existen?
Por fin, estoy lista para salir, me sobran algunos minutos y decido fumarme un último cigarro.
Tú, con sonrisa de idiota incluida, apareces en mi mente. Octubre, decía ¿un mal mes? imposible...un fantástico mes, ¿porqué? esa idea sobrevolaba mi mente desde hacía un tiempo. Sencillamente, te fuiste, dejando en mi un vacío que podría llenar con luz, esa que tú fuiste incapaz de aportarme. He revivido tantas veces este momento que forma parte de una película en mi cabeza. Te vi, con esa tímida sonrisa, fumé contigo, hablamos y yo...me equivoqué. Maldita sea, quien me manda escuchar conversaciones ajenas. Viajar, y yo que pensaba que no tenía nada que perder, es cierto. Tenía demasiado que ganar. Promesas, pactos y risas, muchas risas. Una decisión, una ayuda de parte de mi gran amigo el maestro Sabina y yo ya supe que serías para mi.
Enchufo otro cigarro, llegaré tarde pienso, pero me da igual es tan reconfortante esta sensación que inunda mi cuerpo.
Llega Noviembre y un frío intenso dicen que hace en la calle. Yo en cambio, me abrigo con tu luz, vivo en tu infierno y soy feliz como no lo había sido en meses. Parece que la primavera, esa que parecía tan lejana ha vuelto a mi. Pasa el otoño demasiado rápido, como siempre que te pienso o estoy contigo, los días son demasiado cortos y las noches en tu cama parecen suspiros.
Recuerdo ahora, que me preguntaste cuando supe que te quería, no pude decirte una fecha, pero ahora que vuelvo la vista atrás esa noche de la sorpresa en tu cama, con tu primera canción y el amanecer de fondo sería una buena respuesta.
Y llegó el invierno, pero no a mi. Qué decir de este invierno, que se bifurca entre el deseo y la melancolía, entre las sorpresas y las noches mágicas, entre Huelva y Murcia...
Bien lo conseguí, llego muy tarde pero...me tomaré tan solo unos minutos más de un último cigarro. Me gusta pensarte y saber que a cientos de kilómetros tú también me piensas.
Un gran año 2010,te deseo para 2011 "que lo mejor de mi pasado sea lo peor de tu futuro"
Yo por mi parte, seguiré como siempre haciéndome fuerte del dolor y viviendo al máximo todo lo bueno que suceda.
Te quiero tanto! =)
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