jueves, 5 de enero de 2012

¿qué?

hoy sentí que volvía a recuperar mi habitación al entrar con la luz encendida y sin preocuparme por los ruidos. Escribo acostada en la cama y veo la ausencia que deja tu hueco en la otra cama y te echo de menos bichito. Es estúpido pero ahora me encantaría escucharte de madrugada gritando que hay un lagarto y saltando a mi cama. Esta noche te necesito respirando a mi lado.
Estoy triste esta noche, de una forma absurda y demoledora. Me inquietan las conversaciones bibliotecarias, pero me gustan. Me gusta tenerte ocupando ese espacio.
¿Melancolía?¿será posible en mi? Te echo de menos irremediablemente sí. Quizá sea otro de los motivos de esta inesperada tristeza que corrompe mi mente,será que los días tienen otro color sin ti,porque en el fondo,en el fondo...
Leo esta especia de basura litetaria y me dan ganas de prenderla con el primer mechero a mano,pero...espera, no tengo ninguno! Qué gilipollez. A veces me siento bipolar.
Siento como si se hubiera perdido algo, o como si ese puente que creía tener se hubiera roto, o peor, como si tú lo hubieras retirado voluntariamente. Es probable que ese sea uno de los motivos de estas líneas desacertadas, reprobables y que no se atreven a salir en el momento adecuado, en la ocasión oportuna. Háblame desde el etílico susurro de la verdad irrevocable. Cuéntame si tu mente también se corrompe, gritame con el valor que solo los grados agríos ofrecen. O cállate diciéndomelo todo.
Volverse etéreo y volar, es lo único que pido y a lo que no estoy dispuesta, ya, a renunciar.
¿Y tú sabes volar?

2 comentarios:

  1. Mátame, pero... IrreVocable. Con V de Vendetta. ¿Por qué no está tu moco a tu lado? Cuéntame pequeña. Y... ¿por qué esta entrada? Voy a dormir, hace frío...

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  2. Gracias por la corrección. Es lo que pasa, a veces, a los simples mortales cuando escriben en el móvil.

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