sábado, 17 de septiembre de 2011

Fiestas I

Otro día más, resaca y muy poco que contar. Sí, quizá un deje de resignación. Todo es igual cada una de las mañanas que me levanto, el mismo ritual histriónico, desesperante. ¿Qué puedo decirte? Si en el fondo nada ha pasado, nada ha cambiado. Aparentemente seguimos en la lucha, en la lucha de qué, me pregunto constantemente. 
No fue una mala noche, vino, tabaco y demasiadas palabras. Me gustan las asambleas improvisadas debatiendo de todo, cambiando el mundo, o refugiándonos en el otro. Es reconfortante tu mano en el hombro para controlar mis impulsos. Me gusta hablar de política al calor de la noche y los grados etílicos en mi cuerpo. "¿Diseñar una nueva Carta de Derechos Humanos? Eso está hecho". Todo es posible cuando nada pasa, todo pasa cuando se difuminan los imposibles.

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